sábado, 16 de noviembre de 2013

La riqueza de las naciones: la división del trabajo

El progreso más importante en las facultades productivas del trabajo, y gran parte de la aptitud, destreza y sensatez con que éste se aplica o dirige, por doquier, parecen ser consecuencia de la división del trabajo (...). Los efectos de la división del trabajo en los negocios generales de la sociedad se entenderán más fácilmente considerando la manera como opera en algunas manufacturas (...). Tomemos como ejemplo una manufactura de poca importancia (...) la de fabricar alfileres. Un obrero que no haya sido adiestrado en esta clase de tarea (...) y que no esté acostumbrado(...) a manejar la maquinaria que en él se utiliza (...), por más que trabaje, apenas podría hacer un alfiler al día, y desde luego no podría confeccionar más de veinte. Pero dada la manera como se practica hoy en día la fabricación de alfileres, no sólo la fabricación misma constituye un oficio aparte, sino que está dividida en varios ramos, la mayor parte de los cuales también constituyen otros tantos oficios distintos. En todas las demás manufacturas y artes los efectos de la división del trabajo son muy semejantes a los de este oficio poco complicado, aún cuando en muchas de ellas el trabajo no puede ser objeto de semejante subdivisión y reducirse a una tal simplicidad de operación. (...) Debido a la división del trabajo, toda su atención se concentra, naturalmente, en un solo y simple objeto. Naturalmente, puede esperarse que uno u otro de cuantos se emplean en cada una de las ramas del trabajo, encuentre pronto el método más fácil y rápido de ejecutar la tarea, si la naturaleza de la obra lo permite. (...) Esto no quiere decir, sin embargo, que todos los adelantos en la maquinaria hayan sido inventados por quienes tuvieron la oportunidad de usarlas" . 
 Adam Smith, La riqueza de las naciones, 1776
Fuente: http://josesande.com/

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