domingo, 19 de enero de 2014

La organización del trabajo

Louis Blanc
Si la más querida esperanza de nuestro corazón no se equivoca, llegará el día en que no necesitemos un gobierno fuerte y activo porque ya no habrá en la sociedad una clase inferior. Hasta entonces, el establecimiento de una autoridad tutelar es indispensable [...].
El gobierno sería considerado el regulador supremo de la producción e investido, para cumplir su tarea, de un gran poder. Su misión consistiría en servirse de la misma competencia para hacerla desaparecer. El gobierno levantaría un préstamo cuyo producto sería destinado a la creación de talleres sociales en las ramas de la producción nacional más importantes [...].
Considerando el gobierno como único fundador de estos talleres, él mismo redactaría los estatutos. Esta redacción, discutida y votada por la representación nacional, tendría carácter y fuerza de ley.
L. Blanc, Organización del trabajo, 1847

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