domingo, 19 de enero de 2014

La sociedad estadounidense del XIX

En los Estados Unidos, incluso los ciudadanos más ricos prestan mucha atención a no diferenciarse del pueblo; al contrario, se aproximan a menudo a él, lo escuchan con agrado y le hablan todos los días. Saben que los ricos en una democracia tienen siempre necesidad de los pobres y que en las épocas democráticas los pobres pueden ser seducidos más por las buenas maneras que por las buenas obras. Incluso el alcance de las buenas acciones, que hace visible la diferencia de las condiciones de vida, produce una irritación contenida a quienes beneficia. La sencillez de las relaciones, en cambio, ejerce una fascinación casi irresistible: su familiaridad entusiasma y aun su grosería no siempre desagrada.
A. Tocqueville, La democracia en América, 1840.

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