jueves, 30 de agosto de 2012

Las marismas españolas

Las mayores marismas españolas y las más conocidas por los escritores son las del Guadalquivir. Si el lector contempla un mapa de España, observará en el Bajo Guadalquivir una extensa comarca desprovista de nombres de pueblos, etc. Desde Lebrija, al este, hasta Almonte, al oeste, y desde el Atlántico hasta muy cerca de la misma Sevilla, el mapa aparece vacío. Esta enorme área es, en realidad, un desierto y en invierno se convierte, en su mayor parte, en una triste extensión de agua.
Marismas de Doñana (Kalipedia)
Legua tras legua, según se avanza por esa terrible desolación, la vista solo puede detenerse en las aguas, unas aguas parduscas que alcanzan el horizonte en todas direcciones. El Guadalquivir cruza la marisma y su triple canal está separado por bancos bajos de fango de las aguas poco profundas y llanuras adyacentes. El agua de la marisma es dulce o casi dulce y bastante potable; su profundidad es muy regular, oscilando entre uno o dos pies, según la estación del año, a lo largo de grandes extensiones. Las ligeras elevaciones de su lecho fangoso, desperdigadas, forman unas islas de poca altura cuya extensión varía de unas cuantas yardas a miles de ellas. Estas islas se encuentran cubiertas de pasto, cardos y vegetación de marisma que constituyen el refugio de innumerables aves acuáticas. En primavera, las aguas se retiran evaporándose rápidamente con la llegada del calor y la marisma queda convertida en una llanura cubierta de barro seco, tostado y resquebrajado por el ardiente sol estival. Brota lozano el pasto y, en torno a los pozos del agua que no se secan, se cimbrean altas cañas y carrizos.
A. CHAPMAN y W. J. BUCK, España agreste, 1893


Texto propuesto por la Ed. Santillana para el Tiempo de Lectura de 3º ESO.

Aplicación didáctica:
Cursos: 1ºESO,  3ºESO
Temas: Paisajes de España, las aguas, los espacios protegidos.
 

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