El levantamiento de los tejedores de Silesia

Un gran número de tejedores salieron a las calles de Nieder- Peterswaldau y arrastraron en su marcha a todos los tejedores de la zona. Posteriormente se dirigieron a Kapellenberg, no muy lejos de allí, y, formados en fila de dos, se trasladaron a una nueva residencia de las Zwanzingers. Les exigieron mejores salarios y ¡un obsequio! Con burlas y amenazas les negaron todo lo que pedían. No pasó mucho tiempo antes de que la multitud furiosa asaltase la casa, forzando habitaciones, cámaras acorazadas, desvanes y bodegas, destruyéndolo todo, desde las espléndidas vidrieras, cornucopias, candelabros, estufas de cerámica, porcelana y muebles hasta escaleras; destrozaron libros, letras de cambio y documentos; penetraron en al segunda residencia, en las cocheras, en los secaderos, hasta en las máquinas de escurrir los tejidos, en los almacenas, y arrojaron mercancías y existencias por las ventanas [...]. Solo el ejército, la infantería e incluso, por úlitmo, la caballería impidieron a los tejedores seguir resistiendo.

M. Gorman, La unificación alemana